Comunicado
Global

La OIM se une a la inauguración en Londres del grupo directivo para el reclutamiento responsable

Reino Unido -Esta semana (el 4 de mayo), la Directora General Adjunta de la OIM, Embajadora Laura Thompson, se reunió con representantes de empresas, el gobierno, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil en Londres para debatir sobre la denominada “esclavitud moderna” y para emitir un llamamiento a la acción a fin de que las corporaciones internacionales eliminen las prácticas poco éticas, entre estas, el cobro de tasas exorbitantes a los trabajadores migrantes.

La OIM se unió a HP Inc., Coca-Cola, Hewlett-Packard, IKEA y Unilever –junto con el Institute for Human Rights and Business, Vérité y el Centro Interconfesional de Responsabilidad Corporativa– para poner en marcha el grupo directivo para el reclutamiento responsable.

Entre los objetivos principales de esta nueva iniciativa está el principio de “El empleador paga”, según el cual ningún trabajador migrante tendría que pagar por su trabajo, sino que los empleadores deberían cubrir los costos de su reclutamiento y despliegue. “El empleador paga” será un primer paso importante en la protección de los trabajadores migrantes al asumir los gastos y comisiones que con frecuencia reducen sus salarios, o que los dejan en riesgo de explotación y trabajo forzado.

La Directora General Adjunta Thompson destacó que los beneficios de la migración laboral son evidentes: la movilidad laboral es deseable para garantizar que se llenen las deficiencias de mano de obra y habilidades, y la vez provee oportunidades para trabajadores que cruzan fronteras. Sin embargo, a menos que se instauren medidas para garantizar que los trabajadores migrantes estén protegidos contra la explotación durante todo el proceso de contratación y empleo, las consecuencias de la migración laboral pueden ser graves.

A lo largo del proceso de la migración, los trabajadores migrantes son vulnerables a la explotación laboral, el abuso y las violaciones de los derechos humanos, lo que incluye la trata de personas. De acuerdo con la OIT, hay 21 millones de personas que son víctimas del trabajo forzoso, de los cuales 19 millones son explotados por personas individuales o empresas privadas. Con demasiada frecuencia, los trabajadores migrantes se encuentran empleados en condiciones de trabajo inferiores o de explotación, obligados y engañados, y no pueden irse debido a las “cadenas invisibles” que los atan a un lugar de trabajo o un empleador.

Incluso cuando hay poco peligro físico, los trabajadores suelen soportar lo que equivale a la servidumbre por deudas tras haber sido obligados a pagar comisiones elevadas por su reclutamiento para tener la oportunidad de trabajar. Otras veces, se retiene el pago o los pasaportes y otros documentos de identidad de los empleados para asegurarse de que se mantengan en cautiverio mientras dure su contrato.

Las principales empresas a nivel mundial reconocen sus responsabilidades y están tomando medidas. “En Asia hay trabajadores que atraviesan el continente en busca de salarios más altos y podrían ser engañados por intermediarios corruptos para que asuman estos costos injustos”. Apple publicó en su informe de 2016 sobre los avances en la responsabilidad de los proveedores: “Los trabajadores no deberían tener que endeudarse para ganar un salario”. Apple audita a sus proveedores como parte de su compromiso actual de eliminar el trabajo forzoso, y en 2015 exigió a sus proveedores el reintegro de USD 4,7 millones de costos de reclutamiento a los trabajadores.

Otras empresas están tomando medidas a través de una serie de iniciativas, como el mapeo de la cadena de suministro de mano de obra, para rastrear los viajes de sus trabajadores desde sus comunidades de origen hasta su lugar de trabajo y para ofrecerles orientación previo a su partida a fin de empoderarlos con información precisa sobre las condiciones de su contrato, sus derechos y su acceso a resarcimiento. De esta manera, los trabajadores contratados aprenden que los ingresos y las deducciones salariales deben ser justas y transparentes, y que no deben ser oportunidades para que intermediarios inescrupulosos desvíen sus ganancias mediante una facturación inflada.

Asimismo, la OIM ayuda a las empresas y los gobiernos a garantizar que los trabajadores migrantes se contraten de manera justa y transparente, en consonancia con los principios de contratación ética, en parte a través de la elaboración de códigos de conducta y otras iniciativas de autorregulación adoptados por la industria para exigir prácticas de contratación ética en las cadenas de suministro. Un ejemplo es el Sistema Internacional de Integridad en el Reclutamiento (IRIS por sus siglas en inglés), un proceso de certificación voluntaria para el reclutamiento internacional que está siendo desarrollado por la OIM junto con un grupo de socios afines.

Para obtener más información, por favor ponerse en contacto con Lara White, OIM de Ginebra, Tel: +41 22 717 9365, Email: lwhite@iom.int