Migrant Stories

Cambio climático y desplazamiento en Bangladesh – ¿Una crisis silenciosa?

Dicen que el cambio climático en Bangladesh tiene un gusto
salado.  Al sur del país, el grado de salinidad es una
variable importante puesto que, hasta la fecha, ha acabado con
vastas extensiones de tierras de cultivo, se ha cobrado los medios
de subsistencia de un gran número de habitantes locales y ha
causado el desplazamiento del lugar que una vez consideraron su
hogar.

Mientras que los ciclones y el aumento del nivel del mar han
provocado que el agua salada se haya inmiscuido en la zona
meridional de Bangladesh, en la zona septentrional millones de
personas viven bajo la amenaza de la erosión de las
márgenes de los ríos (EMR), fuertes sequías e
inundaciones.  Se calcula que un millón de personas
sufren las consecuencias de la EMR cada año.

Según un informe reciente del Grupo Intergubernamental de
Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en
inglés), un aumento de un metro del nivel del mar
inundará aproximadamente el 13 por ciento de la masa
continental de la parte meridional del país, causando el
desplazamiento de unos 15-20 millones de personas en el 2050. 
Al mismo tiempo, el Banco Mundial estima que para esas fechas la
mitad de la población bangladesí vivirá en
centros urbanos.  Estos hallazgos sugieren la existencia de
una posible correlación entre el cambio climático y
una rápida urbanización en Bangladesh.

La tasa de crecimiento actual de la población urbana en
Bangladesh es de un 4,8 por ciento anual.  En las grandes
zonas metropolitanas el crecimiento pasó de 1,6 millones en
1974 a 20,15 en 1991.  En 2001, está cifra
aumentó hasta alcanzar los 23,1 millones y en 2006
llegó a 35 millones.

Se estima que para 2015 la población de las zonas urbanas
podría alcanzar los 68 millones o, lo que es lo mismo, el 37
por ciento del total de la población.   Los
asentamientos informales que han florecido en todos los rincones de
la capital, Dhaka, durante los últimos años indican
que la población nacional se caracterizará por ser
predominantemente urbana en aproximadamente tres décadas a
partir de ahora.

La urbanización de Bangladesh ha sido un proceso
rápido y sin planificar.  Algunos fenómenos,
como las inundaciones y las sequías que ocurren en muchas
zonas del país, provocan el desplazamiento forzoso de la
población, que debe buscar nuevos trabajos, y contribuye al
mismo tiempo al rápido crecimiento de las poblaciones
urbanas.

Dichas pautas plantean una serie de cuestiones: ¿Cuenta
Bangladesh con algún tipo de estrategia de reasentamiento
para abordar un crecimiento urbano de este tipo?
¿Podrá alojar Bangladesh en el futuro a una cifra tan
elevada de poblaciones desarraigadas? ¿Existen
políticas en vigor para hacer frente a este tipo de
movimiento sin planificación de la población? O
¿desembocará esta situación en una crisis
silenciosa?

Huelga decir que un informe global de dichas pautas de
migración urbana requeriría una mayor labor
cartográfica y de evaluación para conocer el lugar de
origen de estas personas, las circunstancias en las que viajan, los
medios en que lo hacen y, lo más importante, a donde lo
hacen.

La solución más rentable pasaría por
intervenir en primera instancia en las zonas de origen de la
migración.  Para ello, habría que identificar el
nexo cambio climático-migración/desplazamiento y, a
continuación, proponer su inclusión en el discurso
político.

Sin los esfuerzos conjuntos de los principales interlocutores,
la población de los barrios pobres y de las zonas urbanas
crecerá por igual a un ritmo alarmante, creando una mayor
presión tanto en los recursos comunes como en los servicios
sociales disponibles.

Un artículo de investigación  aun sin
publicar sobre la EMR y encargado por la OIM Dhaka, muestra que,
una vez que se han desplazado, los migrantes suelen ser
víctimas de la marginalización, la exclusión
social y la discriminación.  Además, normalmente
cuentan con un acceso limitado a los servicios de salud y de
educación, a la tierra y al agua y suelen ser
víctimas de la alienación social en las sociedades
cooperativas.

Un desplazamiento/migración interna tan rápido y
sin control podría tener graves consecuencias en cuanto a lo
que a tensiones sociales y conflictos se refiere.

Si la rápida urbanización sin planificar de
Bangladesh representa una alerta temprana de una situación
de seguridad humana de mayor gravedad en un futuro próximo,
lo más prudente sería llevar a cabo acciones
coordinadas sin demora alguna.

No obstante, este asunto aun no ha entrado a formar parte del
discurso político nacional y sigue estando sujeto a
especulaciones.  Algunos expertos califican de pretenciosa
esta amenaza de conflicto que es consecuencia directa del cambio
climático.

Sin embargo, Asia meridional, con su frontera porosa, es una
región donde las tensiones causadas por los desplazamientos
relacionados con el clima podrían tener graves implicaciones
transfronterizas.

En Bangladesh, la migración suele considerarse como un
fracaso en la adaptación y, por ello, no se considera como
una amenaza a la estabilidad.  No obstante, gestionar la
migración como medida de adaptación podría
reducir la vulnerabilidad global, en particular, en las comunidades
costeras y propensas a sufrir las consecuencias de la EMR.

En este contexto, la migración sería voluntaria y
no forzada.  El estudio no publicado de la OIM Dhaka, citado
anteriormente, se centra en la legislación, los derechos
humanos y el desplazamiento medio ambiental en dos zonas propensas
a sufrir las consecuencias de la EMR.

Además, el mismo estudio muestra como las
políticas incompetentes y una mala forma de gobierno crean
el ambiente propicio para los trastornos profesionales,
acaparamiento de tierras, explotación salarial y
negación de los derechos de la propiedad, lo cual, con el
tiempo, puede provocar la migración forzada.

El mal gobierno y la falta de responsabilidad por parte de las
autoridades locales, unido a unos registros de la propiedad
incapaces de identificar a las víctimas, han provocado que
una iniciativa gubernamental cuyo objetivo consistía en
destinar privilegios especiales sobre la propiedad a las
poblaciones afectadas sigua siendo ineficaz.

Este hecho muestra la estrecha relación existente entre
la gestión de los desplazamientos, la formulación de
políticas y la gobernanza.  La OIM en Bangladesh
trabaja para construir la capacidad del gobierno local con el fin
de conseguir una mejor gestión de los desplazamientos
internos al mismo tiempo que defiende políticas que abogan
por la migración como opción y no como
obligación.

Este tipo de promoción no debe limitarse a los casos de
EMR.  La experiencia a nivel mundial ha demostrado que
invertir en sistemas de evacuación y de alerta temprana para
preparar a los pueblos frente a las tormentas ciclónicas y
las inundaciones puede salvar millones de vidas.

Bangladesh, país ampliamente conocido por su gran
vulnerabilidad a las tormentas ciclónicas y a las constantes
inundaciones, es un buen ejemplo.  Desde el año 2000,
el país ha vivido más de 70 desastres naturales de
grandes dimensiones.

Una quinta parte del país se inunda anualmente y, en
algunos años, hasta dos tercios de la tierra firme ha
sufrido inundaciones.   Los desastres relacionados con el
clima y provocados por el cambio climático han causado
brotes de enfermedades, incluído un brote de diarrea que
acabó con la vida de un 20 por ciento de los menores de
menos de 5 años en el 2000.   Un estudio realizado
por la OIM en 2007 tras el paso del ciclón Sidr
presentó resultados similares.

Al no contar con un proceso sistemático mediante el cual
distinguir a los migrantes económicos de los migrantes
inducidos por motivos medio ambientales, el nexo aparente entre
cambio climático y migración sigue
calificándose de coincidencia.

Sería necesario realizar más investigaciones para
así mostrar la existencia de un vínculo sólido
entre cambio climático, factores medio ambientales y
migración.  Asímismo, también
sería necesario un mayor reconocimiento de dicho nexo a
nivel político y de expertos.

La OIM Dhaka se dedica a concienciar sobre dicho asunto con el
objetivo de avanzar en el conocimiento existente sobre los
migrantes inducidos por motivos medio ambientales.  Creemos
que la acción inmediata es necesaria para afrontar este
problema emergente.  De lo contrario, no tardará mucho
en llegar el día en que esta posible crisis rompa su
silencio.