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La OIM logra grandes avances en cuestiones de género

En 1963, Merry Lepper fue la primera mujer en establecer el récord mundial femenino en maratón, con un tiempo de 3:37:07; el mismo año, Leonard Graves Edelen estableció el récord mundial masculino en 2:14:28. La diferencia de velocidad entre el hombre y la mujer más veloces del mundo era de una hora y veintitrés minutos. En la actualidad, esta diferencia con respecto al récord mundial es de doce minutos. Cabe preguntarse, entonces, qué ha propiciado la reducción de esta brecha en los últimos cincuenta años.

En el seminario sobre cuestiones de género celebrado recientemente en la Oficina Regional de la OIM para Asia y el Pacífico se abordó este asunto y otras cuestiones pertinentes, en el marco de la primera de las nueve auditorías sobre cuestiones de género que la Unidad de Coordinación de Cuestiones de Género de la OIM tiene previsto llevar a cabo.

En los años sesenta, muchas personas consideraban que los hombres eran más veloces que las mujeres debido a diferencias biológicas. Sin embargo, este no es el caso. Esta amplia diferencia se debe en mayor medida al acceso a los servicios, a las posibilidades de formación y a los prejuicios sociales, y no tanto a la capacidad física de las personas.

Antes, la práctica de deportes se asociaba a la masculinidad y a la virilidad. Expresiones tales como “juegas como una niña” se utilizan de manera denigrante y demuestran grandes prejuicios de género. No obstante, ¿qué ocurre cuando la igualdad de género se estudia y analiza en el seno de una organización intergubernamental?

El principal objetivo de las auditorías sobre cuestiones de género radica en sensibilizar y promover los conocimientos, en los planos individual, de unidades de trabajo e institucional, con miras a la incorporación sistemática de las consideraciones de género y a la elaboración de programas orientados a la promoción de la igualdad de género.

Sylvia Lopez-Ekra, antigua Jefa de la Unidad de Coordinación de las Cuestiones de Género de la OIM, observa que “la idea es identificar las deficiencias, formular recomendaciones y brindar asesoramiento sobre la manera de mejorar las distintas situaciones. Con ese fin, se ha realizado un estudio preliminar, que incluyó una encuesta y diversas entrevistas, que se está completando con las observaciones formuladas por los miembros del personal”.

La iniciativa persigue promover la igualdad de género y permitir la celebración de deliberaciones constructivas. A pesar de que la Organización cuenta con una política de género desde 1955, todavía existen esferas sobre las que cabe deliberar abiertamente para aportar mejoras e incorporarlas a los programas y políticas de la OIM. Por ejemplo, en los últimos diez años, no se registraron cambios notables en el equilibrio de género en la OIM. Las mujeres continúan ocupando, por lo general, puestos de categorías más bajas, mientras que una considerable mayoría de hombres ocupa los cargos de categorías directivas. Lo más preocupante si cabe es que, casi sesenta años después, no se ha alcanzado por completo ninguno de los objetivos identificados para afrontar el problema.

Ello demuestra que subsisten cuestiones que cabe analizar y revisar, y esto constituye el cometido de la Unidad de Coordinación de las Cuestiones de Género y el propósito de las auditorías sobre cuestiones de género. Aquello que ahora se da por sentado no lo era en el pasado, ni lo es en el presente en otras partes del mundo; los cambios los propician las personas que trascienden los límites establecidos.

Andrew Bruce, Director de la Oficina Regional de la OIM para Asia y el Pacífico, afirmó: “Es necesario deliberar acerca de las cuestiones de género, no podemos vivir en una burbuja y pretender que existe la igualdad entre hombres y mujeres en todos los contextos”.

La reactivación de la red de Puntos Focales sobre cuestiones de género en las misiones y la Sede de la OIM permite contar actualmente con 102 titulares consagrados a la incorporación de una perspectiva de género en la elaboración de programas. Este personal voluntario consagra entre un 5% y un 10% de su tiempo a concienciar sobre las cuestiones de género en la OIM.

Resulta importante recordar que las cuestiones de género no sólo afectan a las mujeres sino que conciernen a todos. Por ejemplo, ahora, la Unidad de Coordinación de las Cuestiones de Género promueve una política de paternidad que establece licencias adicionales para los hombres al tiempo que se trabaja por garantizar estos beneficios a las cabezas de familias monoparentales, y no únicamente a los progenitores de familias tradicionales.