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Global

Jóvenes vendidas para trabajo forzoso conforman el mayor grupo de víctimas de trata identificadas por la OIM en los campamentos de refugiados de Bangladesh

Cox’s Bazar – Jóvenes que han sido vendidas para realizar trabajo forzoso conforman el grupo más numeroso de víctimas de trata identificado por la OIM en su calidad de Organismo de las Naciones Unidas para la Migración en los campamentos de refugiados rohingyas de Bangladesh.

Los expertos en lucha contra la trata de personas de la OIM advierten que tras más de un año de una crisis que ha sido testigo del aumento del número de refugiados en Cox’s Bazar hasta alcanzar casi el millón, más familias en estado de desesperación envían a sus hijas jóvenes a trabajar en condiciones realmente peligrosas ya que la mayor parte de las mismas no tienen otras opciones para poder ganar dinero en los campamentos.

“La cantidad de trabajo en los campamentos es muy limitada y para las mujeres no hay prácticamente nada. Por eso es que me fui”, explicó una joven rohingya que terminó realizando trabajo forzoso por largas jornadas y por un salario realmente bajo en la industria procesadora pesquera.

Las últimas cifras nos muestran que las mujeres y niñas que son tentadas a trabajar en trabajo forzoso representan dos tercios de las que han recibido apoyo de parte de la OIM en Cox’s Bazar tras haber logrado escapar o tras haber sido rescatadas de la situación de explotación. Otro 10% de las víctimas identificadas han sido mujeres y jóvenes que sufrieron explotación sexual.

Las agencias de seguridad de Bangladesh han informado que han podido detener a unas 60 mujeres y jóvenes por día que intentaban irse de los campamentos en grupos pequeños, muchas de las cuales parecerían haber sido entrenadas acerca de lo que debían decir si eran interrogadas, pero que más tarde no fueron claras en cuestiones tales como con quién iban a reunirse cuando llegaran a destino. 

Los expertos de la OIM señalan asimismo que los hombres adultos y los jóvenes están también en la mira de los tratantes, y que se pudo detectar que aproximadamente uno de cada tres de ellos terminaron involucrados en trabajo forzoso.

“Estamos luchando para paliar nuestras necesidades cotidianas y no hay chances de conseguir empleo dentro de los campamentos. Por eso es que nosotros [acordamos salir] fuera de los mismos para poder trabajar,” dijo un padre rohingya, quien terminó trabajando durante largas horas y fue abusado físicamente por un empleador, sin recibir salario alguno.  

“Las historias que comúnmente oímos son de personas vulnerables que han sido abordadas por los tratantes con falsas promesas de trabajo y una vida mejor. Algunas personas simplemente no se dan cuenta de los riesgos. Otros saben que puede ser arriesgado, pero de todos modos sienten que su situación es muy desesperada y que no tendrán reparo en cuanto a tomar medidas extremas, tal vez sacrificando a un miembro de la familia para beneficio del resto,” sostuvo Dina Parmer, quien se encuentra a cargo de los servicios de protección de la OIM en Cox’s Bazar.

“Los hombres, las mujeres y los niños y niñas, todos ellos corren riesgo de ser explotados por los tratantes. Pero en dicha situación, la alta demanda de jóvenes y niñas para que trabajen como empleadas domésticas hace que con frecuencia sean ellas las más buscadas por los explotadores. Una vez que han caído en la red de trata, su juventud, inexperiencia, y el aislamiento que padecen las deja en una situación particularmente vulnerable frente a los abusos”, agregó.

La OIM le ofrece apoyo a los sobrevivientes el cual incluye asistencia en materia de salud mental y física, asesoramiento legal, albergues seguros, asistencia de emergencia en dinero en efectivo y acceso a medios de subsistencia seguros, los cuales incluyen dinero en efectivo para programas laborales.

Los equipos de protección y de lucha contra la trata de la OIM han hasta ahora ayudado a casi 100 personas que han podido escapar de situaciones de trata y que han logrado regresar a Cox’s Bazar desde que la crisis de refugiados rohingyas se inició en agosto de 2017. Pero de acuerdo con Parmer, la cifra mencionada representa tan sólo una fracción de los que han caído víctimas de las redes de trata en el mencionado período. 

A pesar de que se cuenta con pocos datos por la naturaleza clandestina del delito y porque es común que las víctimas se nieguen a dar testimonio debido al temor de ser estigmatizadas o a que haya algún tipo de represalia, las cifras son la guía más clara con la que se cuenta hasta ahora respecto de las principales formas de trata que se han perpetrado contra los refugiados rohingyas en Cox’s Bazar y permiten conocer en mayor detalle quienes son las personas cuya situación es la de mayor riesgo.

Casi un millón de refugiados rohingyas se encuentran ahora viviendo en Cox’s Bazar luego de que la violencia en Myanmar el año pasado hiciera que más de 700.000 personas se vieran forzadas a escapar cruzando por la frontera rumbo a Bangladesh. La gran mayoría de ellos vive en albergues construidos con varas de bambú y lonas impermeables, en lo que se ha convertido en el mayor asentamiento de refugiados de todo el mundo.

Impedidos de abandonar los asentamientos, y dependiendo completamente de la asistencia para poder sobrevivir, además de una cantidad limitada de programas de trabajo a cambio de dinero en efectivo por parte de algunas agencias humanitarias y de oportunidades comerciales a baja escala dentro de los campamentos, los refugiados son una presa fácil para los tratantes que les prometen transporte y acceso a oportunidades de trabajo lucrativo en otros lugares. Hay también refugiados que recurren a trabajos inseguros que les proveen un salario de subsistencia o que terminan en matrimonios forzados o concertados a muy temprana edad.  

Sobre 99 casos de refugiados que cayeron víctimas de trata y que fueron explotados, identificados en el marco del programa de lucha contra la trata de personas de la OIM en Cox’s Bazar el año pasado, 35 eran mujeres adultas, 25 eran hombres adultos y 8 eran jóvenes de sexo masculino. De ellos, 31 jóvenes de sexo femenino y 26 mujeres adultas terminaron involucradas en situaciones de trabajo forzoso, y también ocurrió lo mismo con 25 hombres adultos y cuatro jóvenes de sexo masculino. Cinco mujeres adultas y cuatro jóvenes de sexo femenino terminaron en situaciones de explotación sexual en tanto que otras cuatro personas cayeron en las redes de trata pero lograron escapar antes de ser convertidas en víctimas.  

De acuerdo con las palabras de Parmer, las brutales experiencias de vida y la falta de educación originada en la discriminación que los refugiados rohingyas han sufrido en Myanmar por mucho tiempo, sumadas a un gran índice de analfabetismo, llevan a que la comunidad de refugiados sea extremadamente vulnerable. “Para asegurarnos de que el mensaje es efectivo, el mismo debe ser adecuado cultural y socialmente y necesitamos ser creativos en cuanto al modo en el que habremos de concientizar,” dijo.

La OIM Bangladesh ha estado trabajando con diversos socios para generar formas innovadoras de difundir mensajes para los refugiados acerca de los peligros de la trata. Una serie de ilustraciones en formato de cómic y que refieren a situaciones de la vida real relacionadas con víctimas de trata están siendo usadas por los trabajadores sociales a fin de crear conciencia dentro de los campamentos.

Una ONG que trabaja junto a la OIM, denominada Young Power in Social Action (YPSA), también ha estado utilizando representaciones teatrales callejeras y música en los campamentos para crear conciencia en torno a los riesgos – atrayendo a grandes multitudes mientras difunden su mensaje.

“La lucha contra la trata de personas requiere de un esfuerzo conjunto. Las autoridades, las agencias del sistema de la ONU, los socios a nivel local y las diversas comunidades deben trabajar estrechamente y brindarse mutuo apoyo en lo relativo a reconocer los riesgos y abordarlos,” sostuvo Parmer. 

Desde el mes de septiembre de 2017 la OIM ha llevado adelante más de 50 sesiones de compromiso con la comunidad, asegurando que casi 1.000 refugiados hayan sido concientizados sobre el problema de la trata por medio de mensajes que luego ellos podrán compartir con otras personas en el seno de sus comunidades. Los expertos de la OIM también le han brindado apoyo a otras agencias en sus actividades de diseminación de mensajes referidos a la trata de personas. Adicionalmente, más de 100 funcionarios encargados de la aplicación de la ley en Bangladesh han participado de capacitaciones sobre lucha contra la trata de personas organizadas por la OIM en Cox’s Bazar.

Las actividades de lucha contra la trata de la OIM en Cox’s Bazar reciben el apoyo de los Gobiernos de Canadá, Suecia, el Reino Unido, los Estados Unidos y la Unión Europea.

Se podrá acceder a mayor información acerca de las actividades y abordajes de la OIM en materia de lucha contra la trata de personas aquí.

También pueden verse a los artistas callejeros de la OIM/YPSA en acción al momento de crear conciencia sobre la trata aquí.

 

Para mayor información por favor contactar a Fiona MacGregor en la OIM Cox’s Bazar. Tel. +88 0 1733 335221. Email: fmacgregor@iom.int