El Salvador – Esta semana, la OIM en El Salvador presentó un plan de trabajo para brindar apoyo técnico al Consejo Nacional para la Protección y Desarrollo de la Persona Migrante y su Familia (CONMIGRANTE) en su iniciativa de desarrollo de una política pública para la inclusión de la diáspora en las actividades de desarrollo del país.

CONMIGRANTE, creado en octubre de 2012, contará con el apoyo de la OIM en la elaboración de procedimientos, la planificación de los objetivos a largo plazo y el equipamiento de sus oficinas.  El Consejo está formado por representantes de los ministerios gubernamentales, universidades, ONG, sector privado y organizaciones de la diáspora.

En el marco del programa, financiado por el Fondo de la OIM para el Desarrollo, la Organización prestará su apoyo a CONMIGRANTE en la formulación de una política nacional sobre la migración y la protección de los migrantes, mediante reuniones a escala nacional y local, y la creación de grupos temáticos y responsables del gobierno, el sector privado, la sociedad civil, el mundo académico y las asociaciones de la diáspora en Canadá y Estados Unidos.

“Nos entusiasma participar en esta iniciativa, ya que la diáspora salvadoreña es muy receptiva y desea contribuir en el desarrollo de sus comunidades de origen.  Por su parte, el Gobierno reconoce las valiosas aptitudes y contribuciones que este colectivo puede aportar y se compromete a llegar a ellos para que participen en los planes de desarrollo del país”, explica Jorge Sagastume, coordinador del programa de la OIM en El Salvador.

Según datos oficiales, aproximadamente tres millones de salvadoreños residen en el extranjero.  De ellos, la gran mayoría se encuentra en América del Norte.  Las remesas que envían a sus familias han registrado una subida este año de un 9,5 %, lo que se ha traducido en US$ 946,2 millones en los seis primeros meses del año.

“En los últimos meses, el Gobierno de El Salvador ha puesto en marcha algunas iniciativas para favorecer el registro de la diáspora en las oficinas consulares y estudian la posibilidad del voto desde el extranjero.  Son avances significativos para aprovechar el potencial de la diáspora del país, muy numerosa y activa”, añade Sagastume.
 
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