Comunicado
Global

Renovando nuestro compromiso con el pueblo de Afganistán

Foto: OIM 2021/Paula Bronstein

Ginebra – El año pasado, la población de Afganistán tuvo que soportar una serie de embates que agravaron la fragilidad pre existente y que ocasionó un sufrimiento extremo. En un momento en el que gran parte del mundo está experimentando crisis profundas y con múltiples niveles, luchando contra el aumento del precio de la comida, la proliferación de conflictos, la inestabilidad y los efectos duraderos de la pandemia; no debemos permitir que Afganistán siga debilitándose.

Más del 70% de la población afgana no puede cubrir sus necesidades alimentarias básicas; la mitad no cuenta con una fuente de ingresos y depende de la asistencia humanitaria. Las remesas enviadas por los trabajadores en el exterior han disminuido en un 50%, el sistema sanitario está colapsando y las minorías religiosas siguen siendo atacadas en sus hogares, escuelas y lugares de oración.

Las vulnerabilidades crónicas ante desastres tales como el fatal terremoto de junio en el sudeste del país, y los profundos impactos del cambio climático, han exacerbado la crisis humanitaria. Las personas están sufriendo, los derechos humanos están bajo  gran presión y las necesidades siguen aumentado.

El movimiento de personas sigue siendo una estrategia clave para sobrevivir y para acceder a medios de subsistencia. Los afganos siguen viajando a la República Islámica de Irán, a Turquía y a otros destinos. Sigue siendo esencial el compromiso sostenido de todos los países para acoger a los refugiados afganos, para que puedan integrarse ccompletamente en sus sociedades, y para rabstenerse de  deportaciones, detenciones arbitrarias y discriminación.

Afganistán ha sido también testigo de niveles sin precedentes de desplazamiento interno. Casi un tercio de los 5,8 millones de personas que actualmente se encuentran desplazadas se vieron forzadas a huir de sus hogares entre enero de 2021 y abril de 2022. Los niveles de desplazamiento interno y de movimientos entre fronteras se mantendrán si las vulnerabilidades de los más afectados por la crisis no son abordadas debidamente.

Mientras seguimos abogando por los derechos de las personas desplazadas y en movimiento, debemos aumentar la inversión en soluciones duraderas, por ejemplo mediante la provisión de la documentación legal, el acceso a la protección y a los servicios básicos, y la continuidad de la asistencia humanitaria para los más vulnerables – en particular para  los  desplazados o paraquienes están retornando a sus lugares habituales de residencia.

Las mujeres y las jóvenes sin duda alguna han sufrido de forma desproporcionada, y las preocupaciones por violaciones, vulnerabilidades y cuestiones de protección siguen aumentando. Sus derechos fundamentales y libertades se han ido erosionando ante nuestros ojos, y no debemos esquivar la mirada.

El acceso a la educación y a las mismas oportunidades es un derecho de todas las mujeres y jóvenes de Afganistán. Son esenciales para la fuerza laboral, pues brindan sus inestimables contribuciones como personal médico, educadoras y emprendedoras. Excluirlas socava los esfuerzos de recuperación y para el desarrollo sostenible.

Junto a nuestras contrapartes internacionales, la OIM hace un llamamiento a las autoridades de-facto para que respeten, protejan, y garanticen sin restricciones los efectos y las libertades  de todas las personas – especialmente mujeres y jóvenes. Esto incluye, entre otros aspectos, la libertad de movimiento, el derecho a trabajar y a educarse, y el derecho a solicitar asilo.

Estamos extremadamente orgullosos de la dedicación de nuestro personal en Afganistán, tanto  mujeres como hombres, y del apoyo que han brindado a las personas con necesidades. Han trabajado incansablemente, respondiendo a las necesidades humanitarias y a la vez apuntalando los avances en materia de desarrollo, además de brindar una ayuda vital  que incluye a comida, agua, higiene, salud, asistencia para el retorno, rehabilitación de infraestructura, cohesión social y servicios de protección a más de 1,3 millones de personas.

En paralelo, hemos aumentado nuestra respuesta en los países vecinos, brindando apoyo a los gobiernos y comunidades de acogida para lograr una recuperación socioeconómica y un desarrollo sostenible inclusivo.

Pese a los progresos realizados, a día de hoy millones de personas más siguen necesitando nuestra ayuda. Sólo se ha recibido financiación para menos de la mitad de los 4.400 millones de dólares EEUU que la ONU necesita para poder brindar asistencia humanitaria en 2022. El Plan Integral de Acción (CAP) actualizado para Afganistán y Países Vecinos de la OIM  se marca como objetivo apoyar a 3,6 millones de personas, y está solamente financiado en un porcentaje del 34%. Sin apoyo adicional, el futuro de las comunidades en esta región seguirá siendo desalentador mientras los meses de invierno se van acercando.

La OIM no ha abandonado ni abandonará a las personas de Afganistán en su momento de mayor necesidad. Convocamos a la comunidad internacional y a nuestras contrapartes donantes para que sigan apoyando nuestros esfuerzos, los esfuerzos de nuestras contrapartes humanitarias, y a las personas de Afganistán.

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Para más información, por favor contacte con:

En Kabul, Jefa Adjunta de Misión de la OIM, Ashley Carl, acarl@iom.int +93 72 961 4773

En Ginebra, Paul Dillon, Portavoz, pdillon@iom.int, +41796369874