Declaraciones y discursos de la directora general
22 Mayo 2020

La lucha contra la xenofobia es clave para una recuperación efectiva tras la pandemia de COVID-19 

Ginebra – Pocas crisis en nuestra memoria colectiva han tenido el alcance mundial de la COVID-19.  En nuestras sociedades, las comunidades han respondido a esta pandemia con una ola de solidaridad y sólida cooperación. Sin embargo, algunas han encontrado en ella un pretexto para convertir en chivos expiatorios a los extranjeros, entre ellos a migrantes y otras personas que viven al de las sociedades, culpándoseles a ellas por la propagación del virus.  

Ha habido numerosos incidentes racistas y xenófobos en relación al brote. Tales incidentes incluyen ataques verbales y físicos, exclusión social, denegación del acceso a mercaderías y servicios, boicot a los negocios, restricciones a los movimientos y políticas sobre cuarentena discriminatorias y uso de una retórica xenófoba de parte de los políticos, otras figuras públicas y medios de comunicación, algo que el Secretario General de Naciones Unidas ha descripto como un “tsunami de odio y xenofobia”. 

A medida que las estrictas medidas de confinamiento comiencen a flexibilizarse, nuestro temor es que los incidentes xenófobos aumenten aún más pues los mismos se verán exacerbados por las tensiones sociales creadas por la recesión económica que se espera. Mientras los países en todo el mundo toman las primeras medidas para la reapertura de sus sociedades y para retornar a sus poblaciones a las calles, escuelas, negocios y lugares de trabajo, es menester proseguir con la lucha contra la xenofobia y que la misma sea integrada en todos los esfuerzos que se hagan en pos de la recuperación económica y social.  

El temor y la incertidumbre en medio de una pandemia es comprensible, pero este temor no debe justificar la xenofobia y el racismo. Las actitudes discriminatorias y los delitos de odio basados en el miedo, comprometen los derechos de aquellos que son el blanco, afectando la seguridad de todos y socavando el complejo proceso de recuperación. Es esencial que se comparta con la gente información precisa acerca del modo de propagación de esta enfermedad. La información errónea que se comparte constantemente en relación al papel de los “extranjeros” o “forasteros” en la diseminación del virus provoca confusión, pone vidas en peligro e impide que las personas puedan tomar las decisiones correctas para protegerse ellas mismas, sus familias y la comunidad toda.  

El derecho a la salud es universal. Todas las personas deben gozar del derecho a procurar y recibir cuidados médicos si existe la sospecha de que ha habido una exposición al virus, y a compartir información para prevenir su propagación. Los migrantes y sus comunidades no deberían cargar con el temor de que haya discriminación, represalias u otras consecuencias adversas por ejercer tal derecho. Muchos Estados reconocen esto y han garantizado a los migrantes libre acceso a pruebas y tratamiento para la COVID-19 con independencia de su situación jurídica, asegurando que quienes se encuentran en una situación irregular no sean denunciados a las autoridades de inmigración.  

Las economías y las sociedades se ven fortalecidas por las ricas contribuciones de los migrantes en todo el mundo. En donde cuentan con las oportunidades, los migrantes juegan un rol fundamental en la investigación científica, los cuidados de la salud, y en el apoyo a industrias esenciales tales como la producción de alimentos, el transporte y la producción de equipos personales de protección (PPE). La contribución de los migrantes será parte esencial en la recuperación de las sociedades de los impactos de la pandemia. Para asegurar que los migrantes no se sientan amenazados por la xenofobia y la discriminación, la OIM solicita:  

Comunicaciones públicas basadas en hechos y datos científicos de forma tal de luchar contra la xenofobia o la discriminación racial.  Los líderes políticos, los medios de comunicación, los líderes comunitarios y religiosos y los grupos de la sociedad civil tienen roles a cumplir en este sentido. Las personas podrán realizar elecciones acertadas solamente si cuentan con información precisa acerca del modo en el que la enfermedad se propaga.  

Campañas de concientización y políticas que promuevan la cohesión social. Todas las personas tienen derecho a ser tratadas con dignidad y con respeto. Es necesario respetar los derechos de los no nacionales que se encuentran en la jurisdicción de un Estado, incluso a quienes están varados debido a los cierres de frontera debe garantizárseles el acceso a los servicios necesarios sin que sientan temor a posibles represalias.  

Medidas para prevenir y abordar la discriminación y la estigmatización en los planes de respuesta de los Estados ante la COVID-19 que incluyan esfuerzos para prevenir la violencia y los crímenes de odio contra los migrantes y otros grupos sobre la base de la nacionalidad o identidad étnica. Y quienes cometan tales delitos, deberán cargar con la consiguiente responsabilidad. 

Políticas relacionadas con la entrada y permanencia de nacionales extranjeros que se ajusten a los compromisos asumidos internacionalmente y no estén basadas en la intolerancia y el temor.  

Ahora más que nunca, la seguridad de nuestra sociedad como un todo depende de la protección efectiva de los más vulnerables. La xenofobia y la discriminación socavan nuestra respuesta ante la pandemia de COVID-19. La OIM junto a nuestros asociados de la diáspora han emitido una  declaración conjunta reafirmando la solidaridad ante la xenofobia originada en la pandemia de COVID-19. Mientras los países se dirigen a la segunda y tercera etapa e incluso más allá en sus planes de respuesta ante la COVID-19, el respeto por los derechos de todos, incluyendo a los migrantes, maximizará nuestro éxito para aplanar la curva de la pandemia y promover una recuperación efectiva e inclusiva.