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Quiénes somosLa Organización Internacional para las Migraciones (OIM) forma parte del Sistema de las Naciones Unidas y es la organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada para beneficio de todos, con 175 Estados Miembros y presencia en 171 países.
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Nuestro trabajoComo organización intergubernamental líder que desde 1951 promueve una migración humana y ordenada, la OIM juega un rol clave apoyando el logro de la Agenda 2030 por medio de diferentes áreas de intervención que conectan la asistencia humanitaria con el desarrollo sostenible.
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Trata de hombres: una tendencia menos considerada
Según el último informe de la Serie de
investigaciones sobre migración de la OIM sería
necesario prestar más atención al fenómeno en
alza a nivel mundial de la trata de hombres y menores.
Dicho informe, que se basa en la trata de hombres en
Belarús y Ucrania, revela que, en ambos países, las
víctimas del sexo masculino representan respectivamente un
28,3% y un 17,6% del total de víctimas que han recibido la
ayuda de la OIM y de sus colaboradores entre 2004 y 2006.
La investigación, llevada a cabo por Rebecca Surtees del
Instituto NEXUS, se basa en entrevistas realizadas a 685 hombres
víctimas de la trata de personas. En ella se revela
que, en una inmensa mayoría, el objetivo de la trata de
hombres es el trabajo forzado, especialmente en el sector de la
construcción en Rusia. Por otro lado, existe una
minoría en el país, formada particularmente por
menores, con la que se trata para mendigar, para cometer hurtos o
para su explotación sexual.
Al preguntarles las razones por las que en un primer momento
habían decido migrar, la mayoría citaba las escasas
posibilidades de futuro en sus países de origen y la
necesidad de mantener a las familias e hijos dejados
atrás.
Según el informe, la mayoría de las
víctimas se captaban mediante falsas promesas de trabajo, a
menudo de manera personal pero también utilizando anuncios
publicados en los periódicos, en la televisión, en
carteles y en Internet. En muchos de los casos, las
víctimas pensaban haber firmado un contrato vinculante con
empresas fiables, agencias de empleo o agentes de
contratación de personal.
La condiciones de vida y de trabajo abusivas y, a menudo,
traumáticas en los países de destinos, han afectado
gravemente el bienestar físico y mental de las victimas.
Independientemente del país de destino y del tipo de
actividad laboral, las víctimas trabajaban entre seis y
siete días a la semana y sus jornadas laborales eran de un
mínimo de doce horas. La mayoría de ellos
denunciaron haber vivido hacinados y en condiciones poco
satisfactorias y antihigiénicas, con acceso restringido a
alimentos de poca calidad.
Los abusos o amenazas de abuso, impagos, deudas y una
restringida libertad de movimiento mantuvieron a muchos de estos
hombres en situaciones de explotación.
Las víctimas ucranianas que trabajaban en el sector de la
construcción en Rusia denunciaron haber sufrido importantes
y constantes abusos. Una de ellas denunció:
"Preguntamos sobre las condiciones laborales y el sueldo y nos
dijeron que nos calláramos porque no teníamos
ningún derecho. No nos permitían
marcharnos. Si desobedecíamos las órdenes, nos
multaban o nos pegaban... Estábamos vigilados por hombres
armados y por la noche soltaban a los perros. Un día
me mordieron en el pie y me pegaron una patada en la cara."
En Rusia, las barracas donde vivían algunas de las
víctimas fueron supuestamente incendiadas por un
patrón a modo de castigo colectivo, provocando la muerte de
numerosos trabajadores. Un superviviente recuerda la manera
desesperada en que los migrantes intentaban escapar de las llamas
sin éxito. Aquellos que sobrevivieron fueron pagados
por los tratantes para que regresaran a sus hogares; sin embargo,
nunca recibieron nada por su trabajo ni tampoco fueron compensados
por el tormento físico y psicológico al que se vieron
obligados a soportar.
El informe señala que muchos de estos hombres no se
consideran víctimas de la trata de personas ya que, a
menudo, la explotación se percibe erróneamente como
un aspecto normativo de la migración laboral. Otros
piensan que el simple hecho de haber participado en el proceso de
reclutamiento les descalifica como víctimas.
En el informe se recomienda que los programas y políticas
para luchar contra la trata tomen en consideración la
dimensión sexual para así proporcionar respuestas
integrales en aras de la protección y la ayuda de las
víctimas masculinas de la trata de personas, incluyendo la
etapa posterior a la misma.
El informe está financiado por la Oficina del
Departamento de Estado de los EE.UU. para controlar y luchar contra
la trata de personas.
Para acceder al informe, visite:
Para más información, póngase en contacto
con:
Sarah Craggs
OIM Ginebra
Tel: +41 22 717 95 26
E-mail:
"mailto:scraggs@iom.int" target="_blank" title=
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