Las comunidades de todo el mundo han respondido a la COVID-19 con muestras de fuerte cooperación y solidaridad. Algunas, sin embargo, han encontrado en la pandemia una excusa para usar a nacionales extranjeros y a los más vulnerables de chivos expiatorios, acusándolos de la propagación del virus.  

Con frecuencia, ha habido incidentes de naturaleza racista y xenófoba. La OIM teme que la xenofobia aumente, exacerbada por las tensiones sociales originadas en la recesión económica que se avecina.   

Mientras los países en todo el mundo dan los primeros pasos hacia la reapertura de sus sociedades, debemos seguir luchando contra la xenofobia.   

Ahora más que nunca, la seguridad de nuestra sociedad depende de la protección efectiva de los más vulnerables. El respeto por los derechos de todos, incluso de los migrantes, maximizará nuestro éxito en cuanto a contrarrestar los efectos de la pandemia y promover una recuperación inclusiva.