Desde enero 2020 y siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fuerza laboral de la OIM en todo el mundo se ha movilizado aprovechando la gran experiencia ganada a lo largo de décadas, recientemente en la epidemia de ébola y trabajando junto a docenas de gobiernos para planificar sus respuestas y salvar vidas mientras la crisis de salud mundial evoluciona y se convierte en la más significativa crisis de movilidad de todos los tiempos.  

Respuesta Estratégica y Plan de Recuperación de la OIM ante la Pandemia de COVID-19 

Partiendo de la base del Plan Estratégico de Preparación y Respuesta 2020, el enfoque de la OIM desde 2021 usa un sólido Plan Estratégico de Respuesta y Recuperación (SRRP) que incluye asistencia y respuesta vitales a las necesidades humanitarias, iniciativas para mitigar el impacto de la COVID-19 sobre los migrantes y las sociedades, y también apoyo para la recuperación y la resiliencia, integrando un planeamiento para el desarrollo sostenible a más largo plazo.  

El SRRP pone el foco en cuatro objetivos estratégicos: 

  • Continuar los servicios esenciales para la mitigación de riesgos y para la protección de personas desplazadas, poblaciones móviles y comunidades de acogida; 
  • Aumentar las medidas esenciales de salud pública y promover sistemas sanitarios sensibles a la movilidad;  
  • Mitigar los impactos socioeconómicos a largo plazo de la COVID-19, contribuir a reiniciar la movilidad humana y empoderar a las sociedades para la auto-dependencia; y  
  • Conformar los esfuerzos de respuesta y de recuperación haciendo un seguimiento del impacto de la COVID-19 sobre la movilidad y sobre las personas en movimiento, fortaleciendo la toma de decisiones basadas en evidencias por medio de datos.  

Usted puede descargar el Plan Estratégico de Preparación y Respuesta ante la COVID-19 en Inglés

Cómo la OIM está ayudando en terreno

La respuesta estratégica de la OIM pone el foco en llegar hasta los más vulnerables y desarrollar las capacidades operativas para el abordaje de las dimensiones de movilidad de esta pandemia. Entre tales acciones pueden mencionarse: 

  • Actividades de comunicación de riesgos y participación comunitaria, apuntalando las redes de la comunidad a fin de asegurar que la información sobre salud pública sea comunicada de forma accesible y culturalmente adecuada para los más vulnerables, incluyendo a los migrantes con independencia de su estado. Estas actividades se han emprendido en varios países como Afganistán, Bangladesh, Grecia y Yemen. En Grecia, la OIM ha llevado a cabo sesiones informativas en campamentos para migrantes de la zona continental, traduciendo información del Gobierno y distribuyendo suministros adicionales. 
     
  • Coordinación transfronteriza y fortalecimiento institucional para reforzar los controles sanitarios en los puntos de acceso y salida (aeropuertos, puertos marítimos y cruces de fronteras terrestres) en docenas de estados, entre ellos en la frontera que Afganistán comparte con Pakistán e Irán. La OIM comparte a diario un Resumen de Restricciones a la Movilidad Mundial y también un Mapeo de Restricciones a Nivel de País, y en ellos aparecen las nuevas y complejas medidas de restricción a viajeros para apoyar de tal modo a los colegas de toda la Organización. 
      
  • Coordinación de crisis a fin de facilitar el intercambio de información entre los actores claves. En algunos países europeos como Grecia, Malta y Noruega, la OIM mantiene contacto regular y cercano con contrapartes gubernamentales para coordinar los pasos a seguir. En Bélgica la OIM ha establecido un equipo de gestión de crisis junto al Gobierno para asegurar que ninguna persona sea dejada atrás. 
     
  • Capacitaciones para empleados del gobierno: La OIM ha emprendido con anterioridad capacitaciones sobre los Procedimientos Operativos Estándares en los puntos de acceso durante emergencias sanitarias en el contexto de la respuesta ante el Ébola, en Guinea, en la República Democrática del Congo y en Senegal. Esto puede extenderse al abordaje de las necesidades operativas de la COVID-19 y se puede hacer virtualmente.  
     
  • Ejercicios de mapeo de la movilidad poblacional a fin de anticiparse a las necesidades y priorizar medidas, organizando en capas la información sobre restricciones a los viajeros, el estado de los puntos de acceso, aerolíneas y la condición de los migrantes varados, en colaboración con la OMS. Estos ejercicios ya se han implementado en varios países, incluyendo Mongolia, Iraq, Afganistán, Ruanda y Tanzania. Es importante que los gobiernos y los equipos de respuesta en la primera línea logren una sólida comprensión de los movimientos poblacionales y de la dinámica de movilidad de modo tal que se pueda llegar oportunamente a los grupos vulnerables. 
     
  • Vigilancia mejorada, y servicios WASH en los puntos de acceso. La OIM está incrementando el acceso al agua apta para el consumo y a medidas de higiene a escala en todos los lugares donde implementa sus operaciones para minimizar el riesgo de contagio. En otros lugares y en Asia, todos los migrantes que se dirigen a los Estados Unidos que se someten a chequeos médicos reciben información, desinfectante de manos y toallas descartables. 

A la luz del impacto que la pandemia está teniendo sobre las operaciones diarias de la OIM, incluyendo la cifra cada vez mayor de restricciones a los viajeros, se está realizando una evaluación integral para garantizar permanentemente la seguridad del personal, los asociados y todos los beneficiarios de la Organización. Entre las actividades que la OIM tiene a su cargo, se prioriza la inclusión de las inquietudes vinculadas a la respuesta ante la COVID-19 para asegurar que todos nuestros esfuerzos estén centrados en las personas, que tales esfuerzos sean inclusivos y no dañen a las poblaciones a las cuales brindamos asistencia. Hasta ahora, se han tomado las siguientes acciones: 

  • Suspensión temporal de los programas de reasentamiento de la OIM, en coordinación con el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). El reasentamiento, sin embargo, sigue siendo una herramienta vital para muchos refugiados. La OIM y el ACNUR están trabajando con los estados para asegurar que los movimientos puedan continuar para los casos de emergencia más críticos en la medida de lo posible. 
     
  • Reducir y/o suspender una serie de programas de evaluación de la salud y migración, programas para la solicitud de visas, programas de reducción operativa de la reunificación familiar y programas humanitarios de visas. En donde tales operaciones continúen, la OIM ha adoptado una serie de medidas preventivas, incluyendo el desarrollo de Procedimientos Operativos Estándares para la COVID-19, educación sanitaria y asesoramiento a migrantes y fortalecimiento de los controles previos al embarque.  
     
  • Asesoramiento virtual para los migrantes y sesiones de capacitación virtual para las asociaciones de migrantes. En muchos países europeos, la OIM ha establecido mecanismos de comunicación remota para informar a los migrantes, en especial los que están interesados en regresar a sus hogares, acerca de la situación general y las restricciones vigentes a los movimientos.

A pesar de estos cambios programáticos, la OIM está siguiendo muy de cerca la situación cambiante en terreno y conserva su plena capacidad y disposición para retomar las operaciones tan pronto como las condiciones lo permitan.

Consideraciones clave
  • El actual brote de COVID-19 es – primero y, antes que nada – un problema sanitario. Sin embargo, está teniendo un impacto sin precedentes sobre la movilidad, tanto en términos de regímenes referidos a la gestión migratoria y de fronteras como respecto de la situación de todas las personas en movimiento, incluyendo a los desplazados por conflictos o desastres. 
     
  • El personal de la OIM compuesto por más de 14.000 funcionarios se encuentra trabajando para dar respuesta a esta emergencia de salud pública desde la perspectiva de la movilidad. Al hacerlo, la Organización parte de la base de la experiencia adquirida en emergencias anteriores – sobre todo el reciente brote de Ébola en la República Democrática del Congo – y se encuentra trabajando muy estrechamente con la Organización Mundial de la Salud y otras agencias y asociados que integran la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración, para garantizar la integración de las inquietudes del ámbito del saneamiento a todo el sistema de Naciones Unidas.  
     
  • Sin embargo, la OIM es consciente de que la actual pandemia tendrá un impacto humanitario y socioeconómico de amplio rango y a largo plazo. Si bien las implicancias económicas y políticas de esta crisis son imposibles de evaluar cabalmente en este momento, es necesario reconocer los críticos puntos de inflexión económicos a futuro para las sociedades, y los impactos aún más profundos que pueden estar avecinándose para las diversas poblaciones móviles a las cuales la Organización presta servicios. 
     
  • A corto plazo, en el seno de los países que han sido más castigados, los migrantes presentan muchas de las mismas vulnerabilidades que el resto de los ciudadanos, pero a menudo en mayor medida. Los nacionales extranjeros con frecuencia suelen estar alojados en casas con muchas personas o tienen empleos a corto plazo o precarios y no gozan de licencia por enfermedad. Otros migrantes, tanto en condición regular como irregular, puede que tengan acceso limitado a servicios de salud pública o bien temen acceder a los mismos. Pueden también ser excluidos de los programas informativos de salud pública o bien, cuando reciben información, no cuentan con los medios financieros para poder manejar los períodos de autoaislamiento o cuarentena. 
     
  • En todo el mundo, en países menos afectados, las poblaciones desplazadas en campamentos o entornos similares ya son de por sí altamente vulnerables a las enfermedades infecciosas, pues viven en condiciones en las que un virus puede diseminarse con gran facilidad. Otras poblaciones a las que puede ser muy difícil llegar y monitorear son las atrapadas en conflictos, las cuales son además las que cuentan con menos recursos para protegerse de las infecciones.
     
  • Deberá considerarse muy seriamente la realización de mayores esfuerzos para apoyar a todos los grupos vulnerables, incluyendo entre tales a los migrantes, a fin de evitar mayores daños, minimizar las dificultades y reducir los riesgos a la salud pública. Nuestro trabajo de garantizar la seguridad de las comunidades debe partir de la base de defender los derechos humanos fundamentales de todas las personas. Todos los migrantes, tanto en situación regular como irregular, y también los que se encuentran en situaciones de explotación, deben tener acceso a información sobre la salud, sobre testeos, tratamientos y cuidados, de modo tal que los equipos que ofrecen respuesta puedan incluirlos en el seguimiento de contacto y en las intervenciones comunitarias. 
     
  • La OIM reitera la necesidad de enfoques que incluyan a todos los migrantes en la respuesta integral a la COVID-19 y convoca a todos los países para que aborden las particulares necesidades y vulnerabilidades de los migrantes, con independencia de su condición legal, enmarcándose en el espíritu de la Cobertura Universal de Salud. La lucha contra la COVID-19 no puede ganarse a menos que los planes de respuesta en todos los países incluyan a los migrantes, en especial a los marginalizados o a los que están en situación de vulnerabilidad. 
     
  • Debemos seguir estando atentos a la estigmatización de cualquier grupo particular durante esta crisis, incluyendo en esto a migrantes, refugiados y solicitantes de asilo, tal como fuera puesto de relieve por la Declaración de la Red de las Naciones Unidas sobre la Migración. La OIM sigue preocupada por la propagación de información errónea y por el uso de narrativas estigmatizantes ya que las mismas impiden que las personas con síntomas se acerquen o dificultan el seguimiento de los contactos, lo cual puede a su vez estigmatizar la provisión de cuidados adecuados y estropear los esfuerzos para reducir cualquier otra transmisión adicional. Las autoridades en su totalidad deben hacer todos los esfuerzos posibles para combatir la xenofobia vinculada al origen y a la propagación de la pandemia. Esto es especialmente importante dado que la extensión y el impacto de esta crisis siguen siendo totalmente inciertos. El distanciamiento social no debe ser a expensas de la cohesión social a largo plazo
Recursos clave
Mensajes del Director General en relación a la COVID-19