Migrant Stories

Abbie Aryan regresa a Afganistán

Abbie Aryan, un funcionario público del Reino Unido de
origen afgano, estuvo conmocionado al ver su tierra natal
después de 20 años.  "Cuando empecé a ver
las viviendas de adobe desde el avión, se me salieron las
lágrimas.  Sabía que era un país pobre,
pero no pude evitar el llanto cuando finalmente lo vi con mis
propios ojos", afirma.

Abbie es uno de los expertos afganos que contribuye al
desarrollo de Afganistán mediante el Programa PAEP-EU
(Programa de Expatriados Afganos Profesionales-Unión
Europea), que la OIM ejecuta en estrecha coordinación con la
Comisión Independiente de Reforma Administrativa y
Administración Pública de Afganistán.

Financiado por la Comisión Europea, el proyecto tiene
como objetivo contribuir a la estabilidad y el desarrollo del
país a largo plazo a través de la distribución
de 17 expatriados afganos altamente cualificados que viven en
estados miembros de la Unión Europea, quienes
compartirán sus capacidades y conocimientos especializados
en diversos ministerios e instituciones públicas durante sus
funciones de un año como máximo en
Afganistán.

Abbie asumió el cargo de Asesor Superior del Ministerio
Antinarcóticos en abril del 2007.  Su responsabilidad
principal es asesorar al Ministerio en diversas políticas y
asuntos de coordinación para alcanzar la meta final que es
erradicar la producción de narcóticos en
Afganistán.

Abbie sostiene que el Gobierno necesita seguir tres pasos
(seguridad, desarrollo y respeto de la ley) para extirpar la
próspera industria de narcóticos del país.

"En la provincia de Helmand, clasificada como un entorno hostil
y de extremo riesgo por oficiales de seguridad de las Naciones
Unidas, por ejemplo, se están cultivando actualmente 110.000
hectáreas de amapolas de opio, lo que equivale
aproximadamente al 40 por ciento de la producción mundial de
opio.  Esto se debe a la falta de seguridad", observa.

Después de mejorar la seguridad general, se necesita
encarar las cuestiones de desarrollo. "Debemos ejecutar proyectos
alternativos de sustento y construir puentes, carreteras, canales
de irrigación, entre otras cosas, para darles a los
agricultores la posibilidad de sustituir un cultivo ilícito
por algo legal", señala Abbie.  

"Los productores de amapolas necesitan comprender además
que la vida será mejor sin esta planta y que aquellos que
prescindan de la producción ilícita recibirán
un gran apoyo del Gobierno central", sostiene.

El Ministerio Antinarcóticos ya ha creado un mecanismo de
esta naturaleza llamado Good Performance Initiative (iniciativa del
buen desempeño), que otorga subvenciones para el desarrollo
a las provincias que no producen narcóticos.  La
oficina de Abbie se encarga del control y la coordinación
rigurosos del mecanismo.

Abbie tenía 14 años cuando su familia
emigró al Reino Unido durante la invasión rusa a
Afganistán a finales de los años ochenta. 
Después de graduarse en derecho en Londres, Abbie
trabajó como funcionario público en la
Dirección General de Inmigración y Nacionalidad del
Ministerio del Interior del Reino Unido. 

Tuvo la suerte de tener todo lo que se anhela en la vida –
un buen empleo, cuatro hijos y un hogar–, "pero faltaba
algo", indica.

"Alrededor del 90% de la heroína que llega al Reino Unido
procede de Afganistán.  Sé cómo afecta la
vida de las personas y pensé que quizás podría
indagar y hacer algo al respecto", observa. 

Influido por esta necesidad de ayudar, Abbie regresó a
Afganistán por su cuenta.  Aún le resulta
difícil vivir en un entorno con tantas restricciones en
materia de seguridad y le hace mucha falta su familia.

Pero está dedicado a su labor y una de sus ambiciones es
incorporar la Estrategia Nacional afgana para el Control de las
Drogas como parte central de la Estrategia Nacional de Desarrollo
del país.

"Combatir los narcóticos es una cuestión
trascendental de todo el Gobierno afgano y, por lo tanto, es
importante que éste elabore un componente
antinarcóticos en cada programa nacional", afirma.

"Un ministerio que trabaje solo no podrá tener
éxito.  Se requiere que todo el engranaje del Gobierno
se dedique a esta cuestión.  Esta es la única
manera de lograrlo y es mi principal prioridad en estos momentos",
señala Abbie.   

"Creo que le debo esto a Afganistán. Este es el
país en el que nací.  Cualquier cosa que haga en
el Reino Unido representa poco porque allá hay mucha gente
con mejores cualificaciones y más experiencia.  Pero en
un país como este, aun si aporto una pequeña
contribución, esta será grande", sonríe.