Comunicado
Global

El servicio de cartografía de la migración entre Somalia y Dadaab (Kenya) resalta la necesidad de una mejor protección de las víctimas de la sequía y el hambre

Según un estudio encargado por la OIM, un 85% de los
refugiados somalíes y de las comunidades pastoriles de
acogida afectados por la sequía, recorren los cerca de 1.230
kilómetros que los separan del campamento de refugiados de
Dadaab (Kenya) a lo largo de rutas fronterizas no oficiales. En
él se ponen de manifiesto además los numerosos
peligros a los que se enfrentan durante dicho recorrido.

La técnica de mapeo, que utiliza un Sistema de
Información Geográfica, ha sido empleada para
identificar las rutas que toman tanto refugiados como pastores para
llegar a Dadaab, a unos 100 kilómetros al interior de la
frontera oriental entre Kenya y Somalia.

Otro de los objetivos de dicho estudio, realizado a finales de
septiembre, era el de identificar las medidas necesarias para
luchar contra las violaciones, robos, extorsiones y, en ocasiones,
muertes a las que, debido a la deshidratación y la falta de
atención médica a lo largo del camino, están
expuestas estas personas.

El ACNUR estima en 152.000 la cifra de refugiados
somalíes que, desde enero de este año, han llegado a
Dadaab. Estos han utilizado únicamente 120 kilómetros
de las rutas oficiales (un 10%) que cubren el camino de Harar a
Garissa.

Tanto las rutas oficiales como las que no lo son, sin embargo,
carecen de provisiones de agua, instalaciones médicas, zonas
de descanso o centros de supervisión de la seguridad, lo que
deja a refugiados y pastores a merced de guías sin
escrúpulos a los que deben entregar grande sumas de dinero a
cambio de sus servicios.

Del estudio de la OIM se desprenden recomendaciones como el
establecimiento de puntos de agua móviles, en particular a
lo largo de las rutas oficiales, para combatir la
deshidratación en los viajes, así como una
vigilancia, activa y pasiva, de enfermedades durante y
después del proceso migratorio para frenar la
propagación de las mismas entre el ganado.

Como medidas para combatir las violaciones y la extorsión
de los refugiados, el estudio cita el establecimiento de una fuerza
policial que trabaje en colaboración con las comunidades de
acogida a lo largo de las rutas migratorias.

Asimismo, con relación al aumento de las tensiones y el
ocasional conflicto existente entre comunidades pastoriles de
acogida y refugiados por los escasos recursos hídricos, el
estudio aboga por la creación de un sistema eficaz de alerta
temprana que mitigue el impacto de la sequía y que permita
saber más sobre los recursos hídricos disponibles por
ambos grupos.

"Se trata de un ejercicio enormemente provechoso, ya que ha
permitido a la OIM y a otros organismos humanitarios y
gubernamentales identificar zonas que necesitaban asistencia y
recursos de manera urgente", explica Ashraf El Nour, jefe de la
misión de la OIM.

Para más información, póngase en contacto
con:

Japheth Kasimbu

E-mail: "mailto:jkasimbu@iom.int">jkasimbu@iom.int