Comunicado
Global

Reubicación de comunidad vulnerable fallida tras disputa territorial

La delicada operación de rescate de familias en
difícil situación se ha visto completamente
interrumpida tras la amenaza de violencia a principios de semana de
unos delincuentes armados, supuestamente al servicio de
terratenientes, contra personal de la OIM y trabajadores de apoyo.

Unas 263 familias se aferran a la precaria vida en Parc
Fleurieux, donde viven en tristes tiendas de campaña que se
extienden a lo largo de un campo de fútbol cubierto de agua
estancada y contaminada y próximo a un albañal. 
Las mujeres lavan la ropa en un turbio riachuelo, empleando el agua
que acarrea la suciedad de Puerto Príncipe, mientras que los
niños deambulan desnudos por el campamento rascándose
a causa de infecciones cutáneas y los residentes que sufren
de malaria y otras enfermedades permanecen semidormidos en sus
tiendas de campañas.

El Gobierno haitiano, la OIM y actores internacionales y no
gubernamentales coinciden en la gravedad de la situación
sanitaria de estas personas y en la necesidad de actuar con
urgencia para prevenir una crisis de salud pública. 
Tras abordar la situación con el alcalde de la localidad, se
ha encontrado un emplazamiento informal en el que hay cabida para
familias adicionales y donde se ha dado comienzo a los trabajos de
acondicionamiento.

La operación ha sido suspendida después de que,
durante las actividades de reubicación voluntaria, se
recibiesen amenazas y se sigue a la espera de entablar
negociaciones con los representantes de los terratenientes.

Renald, de 29 años, ha sido elegido representante y se ha
visto obligado a transmitir la desalentadora noticia a sus
vecinos.  Este elocuente hombre que habla inglés,
francés y criollo con soltura afirma no tener ni hogar ni
empleo desde el terremoto del pasado 12 de enero.

Renald permitió a los visitantes que pasarán al
interior de su tienda de campaña, donde se encontraban su
mujer y su hija; la primera, lavando la ropa y la segunda jugando
desnuda, dejando al descubierto las cicatrices resultantes de las
quemaduras de tercer grado sufridas en el incendió desatado
durante el seísmo y que cubrió su casa de
llamas.  «Necesita urgentemente cirugía
plástica, pero casi no podemos pagar nuestra
alimentación», afirma mientras se le saltan las
lágrimas.

Las promesas incumplidas no representan novedad alguna para los
haitianos que viven en circunstancias difíciles. 
Después de transcurridos cerca de seis meses tras el
seísmo, la vida diaria sigue siendo una desdicha para los
más de 1,5 millones de personas que carecen de hogar.

La tormenta parece no haber cesado para los residentes de Parc
Fleurieux, donde son numerosas las personas que residen en tiendas
de campaña y refugios artesanales tan desvencijados que no
resistirían una fuerte brisa de verano.  Tanto los
trabajadores humanitarios como los oficiales nacionales temen la
posibilidad de que estos desprotegidos campamentos se vean
afectados este verano por fuertes tormentas, e incluso por
huracanes.

Los intentos del gobierno por adquirir tierras mediante decreto
han tenido un éxito parcial, ya que se ha hecho poco por la
mejora de las difíciles condiciones de vida de las
poblaciones desplazadas.  Los esfuerzos emprendidos para que
las poblaciones retornen a sus comunidades de origen se han visto
obstaculizados por la carencia de títulos legales, al mismo
tiempo que las personas que retiran escombros sin permiso corren el
riesgo de ser demandadas.

De regreso en Parc Fleurieux, un joven de aspecto triste y de
nombre Sampson está sentado a orillas del lago de residuos
que se extiende al lado de su campamento.  Su actitud es el
reflejo de una niñez robada y de un futuro, al menos por
ahora, de abyecta pobreza y carente de los beneficios del
más básico de los refugios.

Para más información, póngase en contacto
con:

Leonard Doyle

OIM Haití

Tel. + 509 3702 5066

E-mail: "mailto:ldoyle@iom.int">ldoyle@iom.int