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La OIM formula un llamamiento para la inclusión de los migrantes en las estrategias de prevención y tratamiento de la tuberculosis

Ginebra – En el mundo actual, cada vez más móvil e interconectado, la migración forma parte integrante de la vida de 215 millones de migrantes internacionales y de 740 millones de migrantes internos. Es más, tiene enormes repercusiones en las familias que permanecen en el país de origen, así como en las comunidades de migrantes en países de origen, de tránsito y de destino en todas partes del mundo.

El Director General de la OIM, William Lacy Swing, declaró: “En el Día Mundial de la Tuberculosis observamos que, a pesar de regímenes de diagnóstico y tratamiento sólidamente establecidos, la tuberculosis sigue siendo una carga para la salud pública en muchas regiones del mundo, y afecta mayormente a las poblaciones pobres y marginadas, a saber: los migrantes. Con frecuencia, los esfuerzos desplegados para prevenir y controlar la tuberculosis no se centran en las vulnerabilidades específicas de los migrantes, por lo que a menudo observamos retrasos en el diagnóstico e interrupciones del tratamiento, o ambos.”  

El Sr. Swing añadió: “La falta de estrategias específicas de prevención, control y vigilancia de la tuberculosis para los migrantes constituye un obstáculo para la consecución de los objetivos mundiales de erradicación de la tuberculosis, incluidos los objetivos Cero muertes por tuberculosis, Cero nuevas infecciones por tuberculosis y Cero sufrimiento por tuberculosis a los que se aspira”.

Como demuestran muchos estudios, las tasas de morbilidad y mortalidad relacionadas con la tuberculosis son más altas entre los migrantes y sus familias, ya que, por lo general, no tienen acceso a los diagnósticos de rutina de la tuberculosis ni a la continuidad del tratamiento .

El modo en que viajan, viven y trabajan muchos migrantes puede conllevar riesgos para su bienestar físico y mental. Muchos tienen empleos peligrosos, difíciles y degradantes, y viven aislados y en viviendas insalubres. Otros tal vez se hallen en centros de detención superpoblados, o en campamentos en calidad de refugiados o de desplazados internos. Por lo tanto, los migrantes se cuentan entre los grupos vulnerables a numerosos factores de riesgo de contraer la tuberculosis. Como consecuencia, la migración puede considerarse un determinante social de la salud.   

En el marco del programa global de evaluación de la salud para refugiados e inmigrantes, que lleva a cabo la OIM, se realizan pruebas de detección de la tuberculosis y se presta una serie de servicios integrales, incluidos exámenes médicos, intervenciones radiológicas, frotis y cultivos de esputo, y tratamientos directamente observados, ya sea de manera directa o a través de un sistema de remisión, en concertación con programas nacionales de lucha contra la tuberculosis.

La OIM utiliza las tecnologías más modernas para el diagnóstico de la tuberculosis, inclusive la radiología digital y pruebas de sensibilidad a fármacos. Tan sólo en 2011, la OIM realizó 270.000 evaluaciones de la salud en más de 60 países, gracias a los cuales detectó 755 casos de tuberculosis .

En colaboración con el programa “TB REACH” de la OMS, la OIM está fomentando la detección de casos de tuberculosis y su tratamiento entre los migrantes que se encuentran en Camboya, Etiopía, Ghana, Myanmar, Nepal, la República Democrática Popular Lao y Tailandia.

En Camboya, por ejemplo, la OIM está desplegando esfuerzos para detectar y tratar la tuberculosis entre los migrantes vulnerables que se hallan en la frontera entre Camboya y Tailandia . Muchos camboyanos cruzan la frontera con Tailandia para así subvenir a las necesidades de sus familias como trabajadores migrantes poco calificados e indocumentados. Sin embargo, en Tailandia tienen un acceso a la atención de salud limitado, y sus condiciones de vida y de trabajo les exponen al riesgo de contraer la tuberculosis y de tener otros problemas de salud. La OIM recurre a los trabajadores de salud comunitarios para llegar a estos migrantes, con objeto de mejorar su acceso al diagnóstico y tratamiento de la tuberculosis.    

La OIM también es miembro activo y uno de los presidentes del Grupo de Trabajo Científico sobre Tuberculosis y Migración, de la Unión Internacional contra la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias (UICTER) —que congrega a la OMS y a otros asociados de las Naciones Unidas, a asociados gubernamentales y no gubernamentales, y a asociaciones de migrantes— con el fin de encarar los desafíos que plantea la labor en el ámbito de la tuberculosis y la migración.

Esta semana, la OIM participa en un evento de alto nivel celebrado en Swazilandia, que cuenta con la presencia de los Ministros de Salud de Sudáfrica y Swazilandia, y del Director Ejecutivo de ONUSIDA, Michel Sidibé.

En el evento, “Erradicar la tuberculosis y la coepidemia de la tuberculosis y el VIH en los países de la Comunidad de África Meridional para el Desarrollo (SADC, por sus siglas en inglés),” la OIM pondrá de relieve las dimensiones transfronterizas de la tuberculosis, habida cuenta de los patrones de movilidad regional, y reafirmará su compromiso continuo con miras a la erradicación de la tuberculosis, particularmente en el sector minero, en el cual trabajan muchos migrantes.    

La OIM también lleva a cabo programas de tuberculosis como parte de su amplia respuesta a situaciones de emergencia. En Jordania, por ejemplo, está aunando esfuerzos con las autoridades sanitarias locales para prestar servicios de detección, remisión y concienciación en materia de tuberculosis a los refugiados sirios y a las comunidades de acogida, y ello en estrecha colaboración con el ACNUR y la OMS.  Desde marzo de 2012 hasta la fecha, en un contingente de 196.931 refugiados, se ha detectado y remitido para tratamiento 41 casos de tuberculosis. Asimismo, más de 63.000 sirios se han beneficiado de sesiones de concienciación sobre la tuberculosis.  

El Sr. Swing concluyó diciendo: “La experiencia de la OIM ha demostrado que la desatención de los problemas de salud de los migrantes trae consigo graves consecuencias para el bienestar de millones de migrantes y de comunidades de origen, tránsito y destino. En el caso de la tuberculosis, es imperativo incluir a los migrantes en las estrategias nacionales y mundiales de prevención y control de la tuberculosis. Así pues, para lograr los objetivos mundiales de salud, es indispensable que el marco para el desarrollo de las Naciones Unidas después de 2015 contemple la salud de los migrantes, y que se aplique en todos los países la Resolución de la Asamblea Mundial de la Salud relativa a la Salud de los Migrantes (WHA 61.17)”.


Estos objetivos fueron acogidos con agrado por los participantes en un taller convocado por la asociación Alto a la Tuberculosis y por la OMS. Véase el sitio web: http://www.stoptb.org/news/stories/2013/ns13_012.asp (en inglés).

Véase, por ejemplo: Alimuddin Zumla, M.D., Ph.D., Mario Raviglione, M.D., Richard Hafner, M.D., y C. Fordham von Reyn, M.D. (2013): “Current concepts – Tuberculosis”; en The New England Journal of Medecine, 2013; vol. 368: páginas 745-755. DOI: 10.1056/NEJMra1200894.

Véase el vídeo “Breathe Easy” sobre las pruebas de detección de la tuberculosis y el tratamiento de la tuberculosis que llevó a cabo la OIM para los refugiados en los campamentos en Tailandia, con miras a preparar su reasentamiento en otros países, en el sitio web: http://www.youtube.com/watch?v=bPFM9UoDM3Q&feature=youtu.be (en inglés).

Véase el vídeo “Detecting, treating TB in vulnerable migrants”, en el sitio web: http://www.youtube.com/watch?v=vrQtabEBhxE&feature=youtu.be (en inglés).