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Cuando el retorno a casa es una travesía fatal. “La vergüenza es la peor enemiga de los retornados”

Un imán lee el Corán en Dakar - por Anna Pujol-Mazzini para la OIM

Dakar – El viaje de seis días desde Dakar, la capital de Senegal, hasta las Islas Canarias, en España, en medio de un mar agitado, no logró quebrar a Moustapha. Ni tampoco logró eso cuando escuchó lo que había ocurrido con los otros cinco botes que partieron junto al suyo: nada de esto lo afectó, ni las personas que los botes transportaban.

“Tuve muchísima suerte pues lo logré, a pesar de todas las dificultades: el viento, el frío, las olas de 20 metros, todo eso”, dice en su hogar en la aldea pesquera de Thiaroye-sur-Mer, ubicada en las afueras de la capital de Senegal.

Pero si bien el viaje no pudo quebrar a Moustapha, fue otra cosa la que logró hacerlo: el hecho de regresar a su casa con las manos vacías. Retornó a Thiaroye en 2006, y allí tuvo que enfrentar el desprecio de sus vecinos. Los miembros de su familia no querían alojarlo. Pues él era “un fracaso”.

“Aquí en Senegal, no forma parte de nuestra cultura el hecho de aceptar a alguien que intentó emigrar y fracasó en el intento”, explica el joven. Se sintió solo, muy deprimido y con vergüenza de no haber podido cumplir con las expectativas de su familia, a quienes les había prometido un futuro mejor. “En ese momento, si hubiera podido quitarme la vida, tal vez lo hubiera hecho”.

En Senegal, muchos retornados llegan a sus casas luego de travesías realmente traumáticas, para encontrarse con el hecho de que sus comunidades y sus familias los excluyen. Con poco o sin nada de apoyo social o psicológico, algunos terminan suicidándose. Investigadores y grupos locales de apoyo a retornados hacen referencia a un par de casos en años recientes. Por cada migrante que se ha quitado la vida, docenas de otros migrantes sufren en silencio, algo que le ocurrió al propio Moustapha.

Realmente son pocos los servicios de salud mental que se ofrecen en Senegal – que cuenta con unos 30 psiquiatras para 14 millones de personas – declara un funcionario perteneciente al Ministerio de Salud. “El retorno al ‘hogar’ puede erróneamente considerarse como un proceso sencillo y poco complicado ya que puede pensarse que los migrantes simplemente se reintegran y reinstalan en sus pueblos natales y en el seno de sus familias y comunidades. Este supuesto no tiene en cuenta la complejidad social, emocional y cultural, además de los desafíos para poder reajustarse que los retornados deben enfrentar”, sostiene Gaia Quaranta, psicóloga de la Oficina Regional para África Central y Occidental de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), con sede en Dakar.

“A su retorno, algunos migrantes pueden llegar a enfrentar reacciones psicológicas negativas tales como vergüenza y culpa, un sentido de auto percepción de que han fracasado, desesperanza, muy baja autoestima, frustración o enojo. Es importante que ellos comprendan que esas reacciones son normales en situaciones que representan un gran desafío como por ejemplo con lo que ocurre en Libia. El apoyo psicosocial es por consiguiente sumamente importante y apunta a mejorar el bienestar psicosocial de los migrantes y a desarrollar su nivel de resiliencia”, agregó.

“Para aquellos migrantes que tienen desórdenes mentales pre existentes u otras vulnerabilidades psicosociales, cuyas condiciones de salud mental pueden haberse visto exacerbadas durante las travesías migratorias, puede que resulte indispensable la derivación a servicios de apoyo psicológico o a cuidados psiquiátricos especializados”, dijo Quaranta.

A veces, la mejor cosa que uno puede llegar a hacer para ayudar a los retornados, es simplemente hablarles. Para evitar que otros caigan en el tipo de desesperación que él experimentó, Moustapha creó un grupo de apoyo en Thiaroye para los migrantes retornados.

“Si alguien ha ‘fracasado’, tenemos que dar un paso en dirección a esa persona, hablarle, y decirle: ‘No es el fin del mundo’,” explica. “Podemos quedarnos acá, hacer dinero acá, alimentar a nuestras familias acá”.

La mayor parte de los días, los jóvenes de Thiaroye se reúnen en la carpintería local, se sientan a la sombra, cerca de las puertas que acaban de ser pintadas y fueron colocadas afuera para que la pintura se seque. Se sirven unos vasitos de attaya, el té local, y los que retornaron comienzan a hablarles a otros que siguen soñando con irse. Se discuten los desafíos, los fracasos y los temores, y los debates a veces se acaloran. Pero al menos estos hombres ya no deben lidiar más con el sufrimiento y la vergüenza en total soledad.

Las estadísticas referidas a los suicidios de retornados son difíciles de encontrar. En un país cuyos observadores religiosos son musulmanes en un porcentaje del 95%, el suicidio es un tema tabú y por ende muchas muertes de ese tipo no son informadas por las familias ni tampoco son detectadas por las autoridades.

Por lo común, tampoco hay en Senegal estadísticas oficiales sobre suicidios. “En Dakar, las muertes por suicidio son poco comunes, y la cifra de tales suicidios probablemente son subestimadas debido a obstáculos socioculturales, religiosos y económicos, además de las fallas del sistema legal,” es la conclusión a la que llegó el profesor universitario Mohamed Maniboliot Soubah a partir de un estudio de 2013.

"En estos casos de suicidio, se trataba de personas que estaban atravesando un muy mal momento al tener que lidiar con su retorno”, dice Aly Tandian, a cargo del Grupo de Estudio e Investigaciones de Género, Medioambiente, Religión y Migración, con sede en Saint Louis. A través de su investigación de temas migratorios, ha documentado los suicidios de migrantes senegaleses en la zona este del país como así también en Níger.

Con frecuencia, el apoyo social o su ausencia, es un factor que influye en gran medida en el grado de sufrimiento. “Si habían dejado un cuarto vacío, el mismo seguramente fue ocupado por otros. Se les hace saber que no son bienvenidos. Esto lleva a que padezcan un grado terrible de estrés, de aislamiento, y que hasta pierdan el apetito. Sufren un impacto muy fuerte”, dice.

La vergüenza es el peor enemigo del retornado. “La familia con frecuencia está muy involucrada en la migración porque se equipara la partida al éxito,” dice Papa Lamine Faye, quien trabaja como profesor de psiquiatría en un Hospital en Fann. “La familia con frecuencia contribuye con la migración, ya sea porque ha vendido ganado, han hecho sacrificios para que el proyecto sea factible. El migrante, que carga con todo ese bagaje de esperanzas colocado sobre sus espaldas, regresa, y siente mucha vergüenza porque siente el rechazo de su familia,” dice.

Cuando un migrante retorna, “necesita apoyo moral”, dice Djibril Dioum, quien migró y retornó en tres ocasiones distintas. Luego de que su bote naufragara en el Atlántico en 2006, dijo que su familia y sus amigos lo recibieron, y que pudo hablar con ellos acerca de esta experiencia, siendo precisamente eso lo que lo ayudó a poder superar el trauma sufrido.

En su calidad de vicepresidente de Yaraax-Migración y Desarrollo, que es una ONG que cuenta con un grupo de apoyo a retornados  ubicada en otra aldea pesquera en los suburbios de la ciudad capital, y que es conocida por su alta tasa de partidas, Dioum ahora intenta replica el apoyo que él tuvo con otros migrantes cuando regresan a la aldea de Yaraax-Hann.

“Cuando una persona que se encuentra en esta condición regresa, es menester saber cómo darle la bienvenida, cómo manejarse con esa persona, cómo ayudarla para que pueda lidiar con esta situación tan dura. De lo contrario, puede sentirse aislada, tener pensamientos muy negativos que la llevarán al suicidio o al alcoholismo,” dijo el presidente del grupo Magath Diop.

En Yaraax-Hann, las sesiones de capacitación realizadas con la participación de psicólogos, retornados y miembros de la sociedad civil le enseñan a los migrantes y a sus familias cómo ayudar de mejor manera y el grupo además visita a potenciales migrantes y retornados en sus casas de ser necesario.

Para algunos, la migración en sí misma es un intento de suicidio. “Quien se mata a sí mismo va directo al infierno. Está prohibido,” dice un imán en el norte de Dakar que pidió no ser identificado. “Sabemos bien que el viaje será muy peligroso y que es posible también perder la vida en el intento. Cualquier cosa que un musulmán haga que puede ocasionarle la muerte está prohibido.”

Desde 2017, la OIM brindó apoyo psicosocial a más de 6.000 retornados en África Central y Occidental en el marco de la Iniciativa Conjunta UE-OIM para la Protección y Asistencia a Migrantes, financiada por el Fondo Fiduciario de Emergencia de la UE para África e implementada por la OIM en 26 países africanos.

"Debemos trabajar a nivel de la familia y de la comunidad para disminuir los riesgos de la marginalización y de la exclusión social – las cuales son factores de riesgo para su bienestar psicosocial. Al mismo tiempo, dada la dificultad para acceder al apoyo psicosocial, debemos facilitar la reactivación de los mecanismos de apoyo social, como por ejemplo los grupos de apoyo de pares,” concluyó Gaia Quaranta de la OIM.

Con el fin de abordar las múltiples necesidades psicológicas de los retornados, la OIM busca sinergias con diferentes actores gubernamentales y no gubernamentales a fin de proteger y promover su bienestar psicosocial. En Senegal, la OIM brinda apoyo de salud mental y psicosocial a retornados en las principales regiones con alto nivel de retornos, en particular  Tambacounda, Kolda, Seidhou y Ziguinchor.

El apoyo psicosocial se brinda por medio de diferentes actividades: primeros auxilios psicológicos, sesiones de asesoramiento individual, identificación y derivaciones a cuidados de salud mental especializados, mediación familiar, grupos de apoyo psicológico, integración del apoyo psicológico a las actividades relacionadas con los medios de subsistencia y durante capacitaciones sobre habilidades comerciales, actividades para el fortalecimiento institucional que procuran la capacidad técnica de socios gubernamentales, no gubernamentales y de la sociedad civil identificados para responder a las necesidades psicológicas de los retornados y de sus familias.

Este artículo fue escrito por Anna Pujol-Mazzini y editado por la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental.

Para mayor información por favor contactar a Florence Kim en la Oficina Regional de la OIM para África Central y Occidental: Tel: +221786206213, Email: fkim@iom.int