Sigue en marcha una operación de
varias agencias para contener un brote de cólera y diarrea
acuosa aguda que se ha cobrado la vida de al menos 89 personas en
las zonas de Juba y Yei, al sur de Sudán.

Desde finales de enero, más de
4.906 personas se han visto afectadas en las dos zonas,
según la Organización Mundial de la Salud
(OMS).

Como parte de los esfuerzos de la OIM para
ayudar a contener la enfermedad en una estación de paso para
desplazados internos en Juba, el Vicecoordinador Humanitario de
Naciones Unidas para el sur de Sudán ha pedido a la OIM que
gestione y distribuya el dinero procedente de un fondo de respuesta
a emergencias patrocinado por Naciones Unidas.

Una suma inicial de US$74.000 viene a apoyar
el trabajo de la OMS, la OIM y dos ONG, la Agencia de Desarrollo y
Reconstrucción Adventista (ADRA, por sus siglas en
inglés) y Medair, que están prestando servicios
médicos en clínicas en cuarentena y no-cuarentena
creadas en la estación de paso. La OIM ha gestionado el
establecimiento de una zona en cuarentena en la estación de
paso, levantado una tienda de hospital donada por el Comité
Internacional de la Cruz Roja (CICR) y está llevando a cabo
evacuaciones médicas al hospital de Juba.

Un equipo médico de la OIM, que se
encontraba sobre el terreno para asistir en el retorno a Bor,
llevado a cabo por la OIM de más de 4.000 personas de tribus
dinkas desplazadas, presta apoyo tanto a Medair como a ADRA.

Ya se había llevado a 800 dinkas en
situación vulnerable a Bor en un ferry fletado por la OIM
con anterioridad al brote y se decidió suspender la
operación con el fin de evitar la propagación de la
enfermedad.

“Aunque ha disminuido el número
de casos, hasta dentro de unos días no tendremos un panorama
más claro de la situación en el lugar”,
afirmó Mark Petzoldt, de la OIM en Juba.

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Louis Hoffmann

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